Respondiendo responsablemente como padres de niños transgénero

Tres movimientos dinámicos

Por Colt St. Amand y Luisa Derouen

Publicado originalmente en inglés en National Catholic Reporter (disponible aquí)

Julio 7, 2020

Cuando estaba considerando contarles a mis padres católicos que yo era transgénero, el miedo me paralizaba. Mi mamá, una doctora católica observante, declaró que, aunque no entendía, ella sabía que yo era una buena persona y que Dios me conocía y me amaba más que a nadie. A mi papá, un psicólogo y católico convertido, le tomó más tiempo, pero me aseguró que no importaba lo que sucediera, enfrentaríamos esto juntos. —Dr. Colt St. Amand

En mi ensayo reciente en Global Sisters Report [Reporte Global de las Religiosas], compartí lo decepcionado que estaba con un documento del arzobispo Thomas Paprocki que tenía como objetivo guiar a los católicos de su diócesis en Springfield, Illinois, en cómo entender e interactuar con las personas transgénero. Intenté explicar el viaje de auto aceptación en el que las personas transgénero deben embarcarse para poder vivir una vida más auténtica. Pero además de la auto aceptación, es también crucial para las personas transgénero recibir la aceptación de sus padres y eso para muchos es muy difícil. —Dominican Sr. Luisa Derouen

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Nadie está libre de la experiencia humana de navegar a través de desafíos inesperados. Sin importar la circunstancia, el proceso de responder responsablemente implica tres movimientos dinámicos: estar presentes en la realidad (reunirse), escuchar abiertamente y luego responder con amor. Estos movimientos surcan todas nuestras relaciones.

En la liturgia católica, la dinámica del reunirse, escuchar y responder es una acción fundamental por la cual nos entregamos a convertirnos en el cuerpo de Cristo en nuestro mundo. Ya que los rituales de la liturgia están pensados para ayudar a formar nuestras disposiciones de vida, pueden ser también instructivos al reflexionar sobre la relación de los padres y madres con niños transgénero. Cuando se enfrentan con un niño transgénero, el proceso de un padre para responder responsablemente incluye el estar presente en la realidad, escuchar abiertamente, luego responder con amor.

Reunirse

En la liturgia y en la vida, debemos estar listos para recibir la verdad, nos guste o no, la entendamos o no. La verdad siempre nos lleva a Dios y conducirá a los padres y madres y a sus hijos más cerca de Dios si pueden estar presentes a la posibilidad de que sí, su propio hijo puede ser transgénero.

El saber que su hijo es transgénero puede ser algo abrumador para los padres. La tentación por negar y desacreditar esta información puede ser muy fuerte. Los padres pueden tener temor de que la iglesia y Dios estén en contra de su hijo. Algunos temen que su hijo se convierta en blanco de violencia o que intente acabar con su vida. A otros les preocupa el no tener la suficiente energía emocional y espiritual para acompañar a su hijo. Es importante para los padres el nombrar y procesar estos miedos.

Los padres necesitan creer en lo inherentemente sagrado de su hijo y confiar en que el amor de Dios y el amor que sienten por su hijo los sostendrá en su recorrido, donde quiera que este los lleve. Esto los ayudará a caminar con su hijo y a centrarse en su fe. Esencial a la búsqueda de la verdad es la virtud de la humildad, a través de la cual los padres y las madres pueden reconocer que no entienden lo que significa ser transgénero, pero que quieren aprender.

Escuchar

En la liturgia y en la vida, escuchamos la Palabra de Dios como nos la enseñan las Escrituras, a través de otras personas y a través de las experiencias de vida. Escuchar bien es permitirnos cambiar debido a lo que escuchamos y lo que experimentamos, y eso requiere valor y compasión.

Trágicamente, la religión puede dificultar la habilidad de los padres y madres de criar a su hijo transgénero. Aunque hay líderes espirituales que son solidarios, muchos saben muy poco sobre las personas transgénero. Pero peor que la ignorancia son los clérigos ansiosos por ofrecer una guía basada desgraciadamente en información obsoleta y dañina. La inhabilidad de los padres y madres de apoyar y aceptar a sus hijos transgénero es a menudo reforzada por respuestas erróneas y dañinas por parte de líderes religiosos.

El rechazar a su hijo debido a creencias religiosas traumatiza y mueve al niño más cerca al daño físico e incluso al suicidio. Jóvenes transgénero que son sumamente rechazados por sus padres son más propensos a intentar suicidarse y a reportar altos niveles de depresión.

Escuchar es una habilidad y una gracia. Es importante que los padres escuchen y hagan preguntas con el fin de entender, no de corregir ni de juzgar. Escuchen el dolor, los miedos, esperanzas y sueños de su hijo transgénero. Los padres pueden escuchar respetuosamente incluso cuando creen que el ser transgénero es algo malo.

Los padres necesitan sus propias personas de confianza en quien confiar y apoyarse y para procesar el duelo que acompaña el cambio de sus expectativas, esperanzas y sueños que tenían para su hijo. Esto es parte del proceso de permitir que su hijo pueda vivir, gradualmente, como la persona que saben que puede ser.

Buscar a otros padres de niños transgénero y obtener información correcta y profesional son signos de un esfuerzo sincero por entender a su hijo. Algunos recursos que pueden ser de ayuda son Family Acceptance Project [Proyecto de Aceptación Familiar], World Professional Association for Transgender Health [Associación Profesional Mundial para la Salud Transexual], y la American Psychological Association [Associación Estadounidense de Psicología].

Responder

En la liturgia y en la vida, vivir profundamente sólo llega a través de un total abandono al amor. Ser el cuerpo de Cristo en nuestro mundo es permitir el amor de Dios en nosotros mismos.

El contexto cultural y religioso en nuestro país es a menudo divisivo y complejo. Esto hace tentador el aferrarnos a verdades absolutas que debilitan nuestro compromiso de ser inclusivos con todos, especialmente con las personas transgénero.

Cuando los padres difieren en cómo responder a sus hijo, el niño queda a menudo atrapado en el medio intentando estar conectado con ambos padres y tratando de entender estas reacciones conflictivas.

Cuando los padres se rinden a la presión ejercida por otros de distanciarse de su hijo a menos de que éste se ajuste a las expectativas de género, el riesgo de suicidio, depresión y otros riesgos de salud crecen exponencialmente. La investigación de Family Acceptance Project [Proyecto de Aceptación Familiar] una organización basada en una universidad muestra cómo el rechazo de los padres contribuye a riesgos de salud serios en sus hijos e informa que un apoyo basado en la evidencia funciona con familias diversamente raciales y religiosas.

La presencia de Dios en el amor por su hijo se manifiesta cuando hacen su mejor esfuerzo para usar el nombre y los pronombres que hacen honor a la verdad de la identidad de género de su hijo. Los padres y madres muestras su amor cuando exigen que otros traten a su hijo con respeto.

El amor se demuestra cuando ellos hablan abiertamente y con orgullo sobre su hijo y les ayudan a encontrar mentores positivos transgénero.

Conclusión

La inhabilidad de los padres o su reticencia a aceptar a su hijo transgénero tiene profundas ramificaciones psicológicas y espirituales para el niño. Erosiona la autoestima de su hijo para creer en su propio proceso de autoconocimiento. El niño cree que Dios no lo quiere o no lo puede querer. Cuestionar y negar constantemente su realidad humana y su dignidad es abuso espiritual. Menoscaba su autoestima, erosiona el vínculo entre padre/madre e hijo e incrementa el riesgo de problemas de salud.

Todas las vidas son un reflejo hermoso, misterioso y complejo de Dios en nuestro mundo. Los padres y madres sin duda se equivocan a veces. Todos nos equivocamos a veces. Nuestro último consejo es reconocer nuestros errores mientras avanzamos y pedir perdón. Lejos de ser una señal de debilidad, pedir perdón y la voluntad de perdonar son una poderosa expresión de amor.

[Dr. Colt St. Amand (él/elle) es una persona transgénero, psicólogo y médico de medicina familiar residente de la Mayo Clinic [Clínica Mayo]. Es un miembro certificado de WPATH GEI SOC7 y co-fundador de la organización Gender Infinity [Género Infinito]. Sr. Luisa Derouen (ella), es miembro de las Dominican Sisters of Peace [Hermanas Domínicas de la Paz], comenzó su ministerio entre la comunidad transgénero en 1999. Tiene una maestría en teología litúrgica y tiene entrenamiento como directora espiritual, particularmente como compañía espiritual para las personas transgénero a lo largo del país.